martes, 3 de marzo de 2009
ALFONSO PODLECH "EL CONDOR DE PINOCHET" , ESPERA SU JUICIO EN ROMA .
Esta historia comienza el 11 de Septiembre de
1973 en la provincia chilena de "Cautín", el
lugar de Chile con mayor población indígena del país
(etnia "mapuche"; "mapu" es la tierra,
"che", el ser humano). El mismo día del golpe de
estado un hombre de 37 años de edad llamado Alfonso Podlech
es nombrado Fiscal Militar para todo aquel territorio,
llamado también "Araucanía". En su calidad de
tal se encargó de organizar, dirigir y llevar a cabo una
atroz persecución contra quienes habían sustentado al
recién derrocado gobierno del Presidente Salvador Allende.
Dicha persecución se ensañó especialmente contra los
mapuche, a quienes la dictadura consideró siempre como
gentes de segunda categoría. Muchas personas fueron
encarceladas, secuestradas, torturadas, asesinadas. En la
Araucanía hay 196 detenidos desaparecidos y ejecutados
políticos. De ellos ahora (¡36 años después!) tan sólo
14 casos están siendo investigados judicialmente, y de los
hechores directos nadie ha entrado en la cárcel.
Entre los asesinados había un cura obrero que
durante los años del gobierno popular colgó los hábitos
para casarse con nuestra compañera Fresia Cea. Este
ex-sacerdote se llamaba Omar Venturelli y tenía la
nacionalidad italiana. Después de la muerte de su esposo,
Fresia abandonó Chile y se fue a Italia, donde vive hasta
el día de hoy. Durante estos años de exilio denunció en
Italia a Alfonso Podlech como responsable del asesinato de
su marido y consiguió que la justicia italiana le pusiera
en busca y captura, cursando el encargo correspondiente a
Interpol. En Agosto de 2008 Podlech tuvo la mala idea de
salir de Chile en plan de veraneo a tomar el sol en España.
En Málaga le arrestó la Guardia Civil y le trasladó a
Italia donde fue puesto a la sombra en la cárcel romana de
Rebibbia, iniciándose la fase de sumario previa a su
procesamiento. Durante este período el preso ha solicitado
repetidas veces la libertad bajo fianza e incluso el cambio
del encarcelamiento por arresto domiciliario, pero
felizmente ha fracasado ante las sucesivas instancias
judiciales, que han denegado su petición. En este momento
le falta solamente la Corte Suprema italiana. Conociendo a
esa clase de gente como la conocemos, sabemos que si Podlech
saca un pie fuera del penal, se escapa - no faltaría entre
sus iguales quien le ayudase - y se nos va el santo al
cielo.
Sabemos muy bien que el juicio que se le inicie
en Roma es la UNICA POSIBILIDAD de que Podlech reciba el
castigo que merece, aun cuando se le procesará solamente
por el caso Venturelli - uno de los 196 muertos bajo sus
órdenes y por ende bajo su responsabilidad. En Chile no
existe la menor chance de que se haga ni tan sólo el amago
de procesarle. Si este bellaco logra irse a Chile, gozará
allá de la misma impunidad que disfrutó Pinochet hasta su
muerte.
Quienes hemos sabido de este proceso estamos
muy agradecidos de la justicia italiana y hacemos un llamado
a todos los chilenos de la diáspora a mantenerse atentos y
vigilantes, para apoyar las acciones que nuestros
compañeros en Roma consideren necesarias.
En lo personal, he decidido dirigirme a todos
ustedes para informarles y pedirles que comenten esta
noticia con sus amigos, que la dén a conocer a la mayor
cantidad de gente posible.
Por lo pronto se trata de contarles que se ha
logrado apresar a uno de aquéllos que en su hora se
creyeron dioses con licencia para matar, y que ahora está
en el sitio que le corresponde: encerrado, a la espera de
juicio, en la celda de una cárcel de Roma.
Esto, que se dice en un par de líneas, ha
costado una enormidad. Años de esfuerzo y de trabajo de
mucha gente y los desvelos de su mujer, ahora gravemente
enferma, que siente al menos la satisfacción de haber
podido dar los primeros pasos para que se haga justicia a su
marido asesinado.
A todos y cada uno de ustedes, un afectuoso
abrazo.
Edgardo Salas Santana
Bielefeld, Febrero 14 de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)