jueves, 2 de septiembre de 2010

LA RESPUESTA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS MAPUCHE A LA VIOLENCIA EJERCIDA CONTRA SU PUEBLO POR EL ESTADO DE CHILE.






La Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, ratificada por Chile el año 1990, sintetiza los derechos humanos de los niños y niñas en el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora los derechos individuales y colectivos de la infancia. Por lo anterior, debe ser comprendida por los Estados como un conjunto normativo aceptado universalmente, de cumplimiento obligatorio y no negociable.

En su Observación General N°11, del año 2009, el Comité de los Derechos del Niño explicita la necesidad del establecimiento de medidas especiales que garanticen el interés superior y el disfrute de los derechos de los niños de pueblos originarios, medidas que deben ser formuladas en consulta con las comunidades interesadas. Señala además que el Interés Superior del Niño se concibe simultáneamente como un derecho individual y colectivo, lo que exige que “se examine la relación de ese derecho con los derechos culturales colectivos” (Artículo N°30).

La sistemática de represión que los diferentes poderes del Estado chileno ejercen sobre el pueblo mapuche, lleva implícito el fracaso en el cumplimiento de las obligaciones que impone esta Convención. Hasta la fecha, todos los gobiernos de turno han ignorado las múltiples recomendaciones de Naciones Unidas y denuncias de organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, que dan cuenta de la grave vulneración de los derechos de niños y niñas mapuche y del severo daño provocado como consecuencia directa en sus procesos evolutivos y sus contextos de desarrollo. Lo expuesto conlleva la prevalencia del derecho a la propiedad privada, constitucionalmente establecido, sobre los derechos humanos consagrados en la legislación internacional y ratificados por Chile.

Las sugerencias contenidas en el “Informe sobre Situaciones de Violencia ejercida por el Estado de Chile contra niños y niñas mapuche” (Defensor Jurídico Social Autónomo Mapuche, enero de 2010) señalan que la restitución de los derechos vulnerados requiere del reconocimiento por parte del Estado chileno del daño provocado y el establecimiento de responsabilidades que impidan la mantención de la impunidad en las graves situaciones de agresión policial; la desmilitarización del territorio mapuche y el fin de la aplicación de la Ley Antiterrorista (atendiendo a la desestabilización y desestructuración del contexto social y familias de los afectados, y por ende, de los niños y niñas que pertenecen a dichas comunidades). Todo lo señalado permitiría la óptima utilización de los recursos disponibles en los niños, niñas, adolescentes, familias y comunidades mapuche para la reparación del grave daño que los afecta.

La reciente manifestación de adolescentes y niños mapuche frente la violencia ejercida contra su pueblo, expresada por medio de la incorporación de dos jóvenes recluidos en el Centro Privativo que el Servicio Nacional de Menores mantienen en Chol Chol y la carta elaborada por Relmutray Cadin Calfunao a la presidencia de Chile, permiten generar una clara perspectiva de la existencia y movilización de estos recursos de una forma positiva , ya que las respuestas que los niños emiten en contextos de violencia social no pueden ser homologadas a aquellas que son motivadas por otras formas de agresión.

Reconocidos teóricos e investigadores de los efectos que la violencia social provoca en la infancia, señalan que los procesos de toma de conciencia; simbolización de la realidad familiar y social, por difícil que esta sea, con el objetivo de buscar alternativas de cambio; la participación activa en procesos y redes sociales y comunitarias; la promoción de la participación de niños y adolescentes en actividades que conlleven un compromiso político en búsqueda de una sociedad más justa y no violenta, además de su implicancia en “la lucha contra las situaciones de violencia y de los sistemas de creencias que las sustentan” (Barudy, 2006), constituyen recursos naturales positivos que permiten procesos de elaboración y resiliencia.

De esta manera, las acciones referidas deben comprenderse como la búsqueda de mecanismos por parte de niños, niñas y adolescentes mapuche, para apoyar el cambio de una realidad social que ignora sus necesidades y demandas, destruyendo de manera sistemática y progresiva los contextos en los que se desarrollan, fracasando por lo tanto como sociedad en la generación de condiciones protectoras para los niños de los pueblos originarios, y en esta situación particular, del pueblo mapuche.

Lo expuesto, apela no solo a la responsabilidad del gobierno en la comprensión de la masiva transgresión de derechos colectivos e individuales de los mapuche, lo que puede ser constatado en la inoportuna, insuficiente e ineficaz propuesta realizada como respuesta a las demandas de los comuneros en huelga de hambre, demandas que contribuyen además a la restitución de los derechos de los niños y adolescentes mapuche, sino también a la necesaria generación de un tejido social en el ámbito civil, que provea el soporte necesario para exigir el cumplimiento urgente y efectivo de la legislación internacional en materia de derechos humanos.



Claudia Molina González, Psicóloga

Defensor Jurídico Social Autónomo Mapuche

JOSE ANTONIO ÑIRRIPIL PEREZ ,MENOR DE EDAD , ANUNCIA PUBLICAMENTE SU ADHESION A HUELGA DE HAMBRE DESDE LA CARCÉL DE CHOL CHOL


A mi pueblo Mapuche:

Yo, José Antonio Ñirripil Pérez, menor recluido en la cárcel de Chol-Chol, anuncio mi inicio de huelga de hambre en apoyo a mis hermanos Mapuche recluidos en distintas cárceles del país. Quienes han sido encarcelados injustamente debido a la discriminación y racismo de la que ha sido objeto mi pueblo.

He sido formalizado, junto a mis compañeros Cristian Cayupan y Luis Marileo (menores de edad), bajo la Ley Antiterrorista, la cual deja ver que el racismo del Estado Chileno afecta no sólo a los mayores de edad, sino que a todos los que seamos Mapuche, incluyendo a niños y mujeres.


Debido a las injusticias que vivimos diariamente, me sumo a la huelga de hambre en repudio a los atropellos que sufre mi pueblo en las comunidades.


Quiero la desmilitarización de las comunidades, que no se aplique la Ley Antiterrorista en causas Mapuche, fin del maltrato físico y psicológico a los niños Mapuche y la libertad a todos los Presos Políticos Mapuche.


Bueno, estas son las principales peticiones que exijo mediante mi huelga.


Llamo a mi pueblo a apoyar las movilizaciones, a los hermanos, ya que lo que hoy me afecta a mí como Mapuche, algún día afectará a todos.



Libertad a los Mapuche



Marrichiwew



José Ñirripil Pérez Lof Muko.



Menor Prisionero Político Mapuche

CIP CRC CHOL-CHOL

RELMUTRAY CADIN CALFUNAO , HIJA DE LA LONKO JUANA CALFUNAO EXILIADA EN SUIZA .

Señor:
Sebastián Piñera Echenique
Presidente de la República
Palacio La Moneda
Santiago, Chile


Presente:




Lo primero que quiero decirle es que escribo esta carta con mucha tristeza. Mi nombre es Relmutray Cadin Calfunao, de 12 años de edad, en estos momentos vivo en Suiza, y desde el 10 de Septiembre del año 2008 estoy a la espera del resultado de mi solicitud de asilo político en este país. Soy la hija menor de la lonko Juana Calfunao Paillalef, presa política mapuche que se encuentra encarcelada en la cárcel de Temuco por más de 4 años, sentenciada por ofender la a autoridad.


A pesar de la buena conducta de mi madre, y no haber herido ni causado daño a nadie, las autoridades judiciales le han negado en tres ocasiones la solicitud de libertad incondicional. En estos momentos, mi madre está enferma, producto de las torturas, tanto físicas como psicológicas, de las que ha sido objeto durante su detención.


La mala salud de mi madre se ve agravada por la tristeza que la embarga al observar que la vida de su hijo Waikilaf, quien se encuentra en huelga de hambre por más de 50 días, se consume lentamente. Mi hermano Waikilaf se encuentra en huelga de hambre desde el 12 de julio, junto a otros 32 hermanos mapuches. Además de la tristeza que me causa la mala salud de mi madre y de mi hermano, quien en los últimos días ha sido llevado de urgencia al hospital para salvarle la vida, ayer me enteré que otros tres niños mapuches se sumaron a la huelga de hambre, protestando por su inocencia y por haber sufrido torturas en las cárceles chilenas.


Sr. Presidente, yo no entiendo de política, porque soy solo una niña, pero me pregunto, ¿porque existe tanta represión contra mi pueblo? Los mapuches que llevan años encarcelados, como mi madre, no han matado ni robado a nadie, mientras que policías, que en los últimos años han matado a cinco jóvenes e hicieron desaparecer otro, están libres. ¿Donde está la justicia?


Señor presidente, como exiliada mapuche solicito que atienda usted las siguientes demandas que están solicitando mis hermanos mapuches en huelga de hambre:

- No aplicación de la ley antiterrorista

- Derogación del doble procesamiento, civil y militar

- La desmilitarización de las comunidades mapuches, y no más violencia contra los niños y niñas mapuches

- Respeto al debido proceso (juicios justos)

- La retirada de nuestro territorio de las empresas forestales y de las empresas contaminantes


Señor presidente, a pesar de las pesadillas que me causan el brutal asalto de mi casa, los allanamientos reiterados de mi comunidad y el apaleo de mi madre que observe cuando pequeña, mi gran deseo es volver a mi tierra. Si esta represión cesara en nuestra comunidad y tuviera un hogar, libres de allanamientos y además se respetara a los niños, yo bien podría volver a mi comunidad a disfrutar del paisaje de los ríos y de la naturaleza de mi tierra y volver a estar junto a mis padres y hermanos. “De usted depende, señor presidente”.



Atentamente.

Relmutray Cadin Calfunao
Exiliada Política Mapuche
Suiza 02 de Septiembre 2010



P.D.- Pido a quien quiera que lea esta carta, que si tiene a bien visitar a mi madre la Lonko, Juana Calfunao Paillalef, lo puede hacer en la cárcel de mujeres, Callejón Carmines 0249, Temuco, IX Región, y a mi Hermano Waikilaf Cadin Calfunao Cárcel de Angol. o a mi Padre en Chile.

Antonio Cadin Huentelao

puelcadin@yahoo.com

Fono: 0056-45-213328