Señor Piñera:
El mundo ha visto -y nuestras federaciones estudiantiles lo han señalado- que la educación en su país se ha convertido en un vil negocio que deja a la mayoría de las familias chilenas y a sus hijos inaceptablemente endeudados. Los bancos -esos mismos que hunden sociedades- no tienen por qué lucrar con este derecho humano. Es inmoral, nada noble y pervertido.
No aceptamos el fanático dogma chileno de las últimas décadas que propone convertir al conocimiento en una rayana mercancía, tampoco la alienación que ello implica entre profesores y estudiantes. El objetivo de la educación debe ser la emancipación de la humanidad de sus muchos lastres y para magnificar las virtudes de los habitantes de nuestro planeta.
No vamos a repetir los contundentes argumentos de la CONFECH en su gesta heroica e histórica por recuperar la educación pública, gratuita y de calidad. El mundo los conoce en un sinfín de idiomas.
Apoyamos a la CONFECH en sus cuatro condiciones -todas absolutamente racionales y de sentido común- para volver a un diálogo justo y sin trampas.
Deploramos la actitud intransigente de su gobierno. Flaco favor le hace usted a Chile. Sin embargo, no es ocioso recordarle que es noble rectificar.
Nos hemos solidarizado con la CONFECH porque los entendemos bien. En Costa Rica, en nuestro querido país, la educación pública está bajo el ataque ideológico de intereses políticos y económicos similares a los que usted representa.
El presupuesto de nuestras universidades públicas está siendo asaltado en completa violación a la Constitución Política y de acuerdos previamente negociados con la administración de la presidenta Laura Chinchilla.
Ante este panorama, las federaciones estudiantiles de Chile y Costa Rica, nos declaramos en solidaridad mutua y fraterna.
El 29 de septiembre saldremos a la calle a presionar por los valores solidarios de la educación. Igual lo harán los estudiantes de su país. Esta es la hermandad que cuenta, la que vale y la que dignifica.
A los estudiantes y sus familias, a los docentes y a los administrativos no nos queda otra opción en Costa Rica que defender nuestra educación pública en las calles.
Con la mayor de las vehemencias, alzamos la voz solidaria con los secundarios que se encuentran en huelga de hambre desde hace más de dos meses.
Responsabilizamos a su gobierno por la suerte que corran estas pujantes voluntades. Reafirmamos que no los dejaremos solos porque la causa de ellos y ellas es la nuestra.
Repudiamos el odioso estilo con que el gobierno que usted preside trata a la Asociación Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), actor fundamental de este conflicto, el cual debe estar sentado en la mesa de negociaciones. A ella le externamos nuestra más sincera admiración.
En solidaridad con los estudiantes de todo Chile y del mundo,
(*) Randall Otárola Madrigal, Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional. A nombre de todo el pueblo de Costa Rica y de todo el movimiento estudiantil.
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